Como hemos comentado en anteriores ocasiones, el glucógeno (la forma de almacén de los hidratos de carbono) juega un papel fundamental en el rendimiento deportivo.1 En concreto, el glucógeno cobra especial relevancia cuando se realiza ejercicio a alta intensidad (>80% del consumo máximo de oxígeno), suponiendo la principal fuente energética (junto con la fosfocreatina) en acciones como los sprints o los esfuerzos intensos repetidos. Además, la reducción de los niveles de glucógeno tras un esfuerzo intenso ha mostrado reducir la capacidad del retículo sarcoplásmico para liberar calcio, empeorando así la capacidad de contracción muscular.2 Es por ello que mantener unos depósitos de glucógeno lo más elevados posible será de vital importancia en deportes en los que predominen las acciones de alta intensidad, incluyendo los de equipo (fútbol, baloncesto, balonmano, etc).
Importancia del glucógeno en deportes de equipo
Aunque los efectos de los deportes de resistencia (como por ejemplo la carrera, el ciclismo o el esquí) en los depósitos de glucógeno y los beneficios de la suplementación con hidratos de carbono en estos deportes han sido ampliamente estudiados, los efectos de los deportes de equipo en los depósitos de glucógeno son mucho más desconocidos. Hace ya 15 años, un estudio liderado por los investigadores Jens Bangsbo y Peter Krustrup y publicado en la prestigiosa revista Medicine and Science in Sports and Exercise tomó biopsias musculares del cuádriceps a jugadores de fútbol (4ª división danesa) antes y después de un partido.3 Los investigadores observaron que los niveles de glucógeno disminuían prácticamente hasta la mitad (42%) durante el partido, quedando la mitad de las fibras completamente vacías. Además, esta disminución de los niveles de glucógeno se vio acompañada de una reducción en la capacidad de sprint del 3% durante la segunda mitad del partido comparado con la primera.3
De forma similar, recientemente un estudio liderado por los investigadores Íñigo San Millán y Julio Calleja ha analizado los efectos de un partido de fútbol en los depósitos de glucógeno muscular en jugadores de la Major League Soccer de Estados Unidos, aunque en este caso medidos de forma indirecta (usando un ecógrafo que estima los niveles de glucógeno de forma no invasiva).4 En este caso, los resultados mostraron que, pese a que los jugadores consumieron carbohidratos tras el calentamiento (40 gramos) y durante el partido (65 gramos durante el descanso), el glucógeno muscular se vio reducido un 20% de media. De hecho, las reducciones variaron entre jugadores desde un 6% hasta un 45%, encontrándose la mayor reducción en los jugadores que más esfuerzo realizaban (delanteros y centrocampistas) en comparación con los defensas o el portero.
Suplementación con hidratos de carbono en deportes de equipo
Estos resultados apoyarían por lo tanto la importancia de suplementar con carbohidratos en deportes de equipo, especialmente en los jugadores que más esfuerzo realizan. Estas son de hecho las recomendaciones de una revisión liderada por el Dr. Asker Jeukendrup, donde se concluye que la suplementación con carbohidratos antes y durante un partido (30-60 gramos por hora, consumidos por ejemplo en una bebida de 0,5 o 1 litro por hora con 6% de carbohidratos) parece mejorar el rendimiento intermitente de alta intensidad.5 Además, no solo podría verse beneficiado el rendimiento físico, sino que un estudio realizado en jugadores de fútbol profesional mostró que la suplementación con carbohidratos durante un partido simulado atenuaba la reducción en la velocidad y precisión de disparo que ocurre normalmente a lo largo del mismo.6
Conclusiones
Aunque en muchas ocasiones nos olvidamos del importante papel de la nutrición durante los partidos, los hidratos de carbono pueden marcar una gran diferencia en el rendimiento en deportes de equipo. Durante el partido se produce una depleción de los depósitos de glucógeno – especialmente en los jugadores que más esfuerzo realizan, como centrocampistas y delanteros –, lo cual se asocia a fatiga física y un empeoramiento de las habilidades técnicas (por ejemplo, el golpeo de balón). Por ello, la suplementación con hidratos de carbono (30-60 gramos por hora) antes y durante el partido será una estrategia recomendable, así como la suplementación tras el partido para favorecer la recuperación posterior.