Los atletas de resistencia a menudo están sometidos a altas cargas de entrenamiento, lo que incrementa sus necesidades energéticas. Estas necesidades deben ser cubiertas consumiendo los macro y micronutrientes necesarios para proteger su salud y apoyar su rendimiento. Entre los micronutrientes que los atletas necesitan encontramos el hierro, un mineral traza que mantiene una relación directa con muchas proteínas y enzimas, ya que es un componente esencial de estas, favoreciendo su transporte y almacenamiento. El hierro cumple una función crítica en el rendimiento deportivo de los atletas de resistencia, ya que está implicado en la síntesis de hemoglobina y en el transporte de oxígeno, por lo que mantener adecuados niveles de hierro en sangre puede llegar a propiciar un incremento en el consumo de oxígeno (1), principalmente en los deportistas que presentan déficit de este mineral.

Diversos estudios indican que los atletas de resistencia presentan una mayor tendencia  a desarrollar una deficiencia  y agotamiento de hierro, en comparación con la población general (2, 3), lo que con el paso del tiempo  puede convertirse en anemia. Esta deficiencia suele ser causada por una combinación de factores, entre los que se incluye:

  • Un aporte pobre de nutrientes en la dieta.
  • Un incremento en la demanda de hierro, debido a la necesidad de un aumento en los niveles de hemoglobina.
  • Un incremento en la pérdida de hierro debido a un posible sangrado gastrointestinal durante la carrera, a pérdidas por el sudor y la orina, y a la menstruación, en las mujeres de edad fértil.
  • La hemólisis intravascular, consistente en la destrucción de eritrocitos por el incremento de la velocidad en la circulación sanguínea durante la carrera, la comprensión de los capilares de la planta del pie, el aumento de la temperatura corporal y la fragilidad de la membrana de la célula sanguínea debido a un incremento de los niveles de adrenalina.
  • Un incremento en los valores de hepcidina, hormona peptídica reguladora central del metabolismo del hierro en los humanos y que posee propiedades antimicrobianas (4, 5).
  • Un factor que, a nuestro criterio, no debe ser incluido como causa de deficiencia de hierro, es el incremento del volumen plasmático. Este factor puede provocar en los atletas de resistencia valores hematológicos bajos, pero que en la mayoría de los casos vienen acompañados de valores normales de hierro en sangre (hierro sérico). Por esta razón, los indicadores más fiables de un posible déficit de hierro en deportistas son la ferritina (proteína que almacena hierro en el organismo y lo libera de manera controlada), el hierro sérico (cantidad de hierro presente en la sangre) y el índice de saturación de la transferrina (medido a través de la capacidad total de fijación del hierro y del valor del hierro sérico), utilizando como valor indirecto la hemoglobina (proteína transportadora de oxígeno).

La tasa de agotamiento de las reservas de hierro depende de una relación equilibrada entre la pérdida de hierro corporal y la ingesta tanto de hierro hemo (la forma orgánica del hierro derivado de los animales) como de hierro no-hemo (la forma inorgánica del hierro derivado de los vegetales y los cereales). Debemos tener en cuenta que no toda la ingesta de hierro hemo y no-hemo desde la dieta es absorbida por el organismo, por lo que un desequilibrio entre las necesidades de hierro y la absorción del mismo (biodisponibilidad), es lo que derivará en una deficiencia de éste mineral, o incluso en anemia.

A la hora de planificar la dieta de nuestros atletas, debemos tener en cuenta que tanto las proteínas derivadas de la leche, como es el caso de la caseína y de la proteína de suero, como los huevos y la albumina, inhiben la absorción del hierro. La proteína de soja también presenta limitaciones en la absorción del hierro debido a su contenido en fitatos (6). Por el contrario, la absorción de hierro hemo se ve aumentada por la coadministración de proteínas animales, que son una fuente de hierro, zinc, vitamina B12 y ácidos grasos esenciales (2, 7).

En este sentido, en un reciente estudio realizado en la Universidad de Greenwich (8), se compararon los efectos de la ingesta de proteína hidrolizada de carne (Crown Sport Nutrition), de proteína de suero, y de carbohidratos (maltodextrina), en el rendimiento aeróbico, la composición corporal,  el grosor muscular, la concentración de ferritina y los parámetros sanguíneos de salud. En dicho estudio se analizaron a 30 triatletas hombres entre 35 y 60 años, que siguieron un programa de control del entrenamiento y control nutricional, con una duración de 10 semanas. Los resultados mostraron que tan sólo la proteína hidrolizada de carne produjo un aumento del hierro hemo en la dieta y un incremento significativo en la concentración de ferritina en sangre, además de otros positivos efectos para el rendimiento deportivo como la reducción de la composición corporal y el mantenimiento o el incremento de la masa muscular.

Conclusiones

  • La fuente ideal de hierro en los atletas debe provenir de una dieta completa y equilibrada.
  • Sólo se debe recurrir a la suplementación puntual de hierro (oral o intravenoso) cuando la dieta resulta insuficiente para cubrir los estados carenciales de hierro de un atleta y éste presenta una deficiencia o anemia de hierro.
  • Consumir alimentos con alta densidad de micronutrientes en la dieta es el mejor método para optimizar las adaptaciones físicas, acelerar los procesos de recuperación y evitar las deficiencias nutricionales, preservando los depósitos de hierro en los atletas de resistencia.
  • El consumo de hierro en la forma de proteína de carne hidrolizada de alta calidad dentro de la dieta puede llegar a ser una alternativa válida en la prevención de deficiencias de hierro en los atletas de resistencia.

Referencias

  1. Friedmann B, Weller E, Mairbaurl H, Bärtsch P. (2001). Effects of iron repletion on blood volume and performance capacity in young athletes. Medicine and Science in Sports and Exercise, 33(5):741-746.
  2. Lombardi G, Lippi G, Banfi G. (2014). Iron requirements and iron status of athletes. In: Maughan R, editor. Sports Nutrition. West Sussex: International Olympic Committee. p. 229–241.
  3. Clénin G, Cordes M, Huber A, Schumacher YO, Noack P, Scales J, Kriemler S. (2015). Iron deficiency in sports – definition, influence on performance and therapy. Swiss Medical Weekly, 145:w14196
  4. Sim M, Dawson B, Landers G, Swinkels DW, Tjalsma H, Trinder D, et al. (2013). Effect of exercise modality and intensity on post-exercise interleukin-6 and hepcidin levels. Int J Sport Nutr Exerc Metab, 23:178–186.
  5. Ishibashi A, Maeda N, Sumi D, Goto K. (2017). Elevated Serum Hepcidin Levels during an Intensified Training Period in Well-Trained Female Long-Distance Runners. Nutrients, 9:277.
  6. Jenkinson DM, Harbert AJ. (2008). Supplements and sports. American Family Physician, 78:1039–1046.
  7. Phillips SM. (2012). Nutrient-rich meat proteins in offsetting age-related muscle loss. Meat Science, 92:174–178.
  8. Naclerio F, Seijo M, Larumbe-Zabala E, Ashrafi N, Christides T, Karsten B, Nielsen BV. (2017). Effects of Supplementation with Beef or Whey Protein Versus Carbohydrate in Master Triathletes. J Am Coll Nutr, 19.

AUTORES

Dr. Marcos Seijo , MSc. Dunia Pantoja

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