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El 81% de los adolescentes entre 11 y 17 años que van a la escuela no cumplen las recomendaciones mínimas de actividad física semanal de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cifra que es incluso mayor en las chicas (85%) con respecto a los chicos (78%) (1). Estos datos son realmente alarmantes, ya que está en riesgo la salud presente y futura de los niños de todo el mundo. No hay más que ver los resultados del estudio PASOS de la Gasol Foundation donde se informa de que más de un tercio de los escolares españoles de entre 8 y 16 años padecen sobrepeso u obesidad. Por ello, es necesario adoptar urgentemente medidas que hayan demostrado su eficacia para el aumento de la actividad física de los niños y los adolescentes.

El desplazamiento activo –es decir, ir en bici o caminando– hasta la escuela es una de las medidas que ha demostrado resultar una sencilla estrategia para incrementar el nivel de actividad física en los niños. Así, según el informe ‘Caminando al cole’ presentado por la Asociación Española de Pediatría, caminar o ir en bici al colegio (un kilómetro de ida y vuelta) podría suponer dos tercios de la actividad física diaria recomendada para estas edades. Un gesto que implica una mejor capacidad cardiorrespiratoria con respecto a los niños que utilizan transporte motorizado, sobre todo en los que se desplazan en bici hacia/desde la escuela, ya que la evidencia es inconsistente con respecto a ir caminando (2).

Beneficios del desplazamiento activo

Además, los niños y las niñas que se desplazan 3 o más días por semana en bicicleta tienen mejores valores en flexibilidad y velocidad-agilidad, en el caso de ellos, y en fitness muscular del hemisferio inferior, velocidad-agilidad y capacidad cardiorrespiratoria, además de un menor riesgo de síndrome metabólico, en el caso de ellas, con respecto a los niños y las niñas que no se desplazan habitualmente de forma activa (3). Estos son los resultados hallados en un estudio liderado por investigadores colombianos y españoles en el que se analizó la relación entre desplazarse en bicicleta hacia/desde la escuela al menos 3 días en semana y factores de riesgo metabólicos –la circunferencia de cintura, presión arterial, perfil lipídico y glucosa en sangre–, así como diferentes medidas de condición física –fitness muscular de hemisferio superior e inferior, flexibilidad y capacidad cardiorrespiratoria– en 2877 niños y adolescentes de entre 9 y 18 años (3). Sin embargo, a pesar de los beneficios encontrados en aquellos que se desplazan en bici, los investigadores encontraron que, sorprendentemente, solo el 23% de los encuestados la utilizaban para ir a la escuela (3).

Otro importante aspecto al que se ha vinculado el desplazamiento activo de los niños es a la mejora de la salud mental. Así, en una investigación llevada a cabo en 6478 adolescentes escolarizados de Shangai (China), entre los que se registró una prevalencia del 19% en síntomas depresivos, se observó que curiosamente los que se desplazaban de forma activa habitualmente hacia/desde la escuela no mostraron ningún tipo de síntoma depresivo (4). Sin embargo, esta asociación se dio únicamente entre ellos, no siendo así en las niñas (4).

A pesar de estos resultados, el porcentaje de niños y adolescentes que se desplazan activamente hacia/desde la escuela es cada vez más bajo. Así lo confirma un estudio internacional en el que ha participado la Dra. Palma Chillón de la Universidad de Granada (5). El estudio realizado en 18 colegios de diferentes zonas geográficas de los EE.UU. en el que participaron 1.219 niños y adolescentes y 1.007 padres y que analizó aquellos factores que pueden influir en que los niños se desplacen activamente al colegio. Los investigadores encontraron que las principales barreras para que los niños no fueran en bici o caminando se encontraba en los propios padres y la percepción que estos tenían sobre la seguridad y el clima en el trayecto desde casa hasta la escuela, así como en la negativa de los propios hijos a desplazarse de forma activa (5). De forma similar, Ramírez-Vélez y colaboradores observaron que el factor más determinante para promover el desplazamiento activo fue el nivel educativo de los padres, ya que un mayor nivel educativo de estos se asoció con una mayor probabilidad de que sus hijos fuesen a la escuela en bicicleta (3).

Conclusiones

Caminar e ir en bicicleta son formas saludables de desplazarse hacia/desde la escuela. Además de los beneficios descritos, es una forma de proteger el medio ambiente, ya que todo lo que sea evitar coger el coche ayudará a disminuir la emisión de gases contaminantes. Y en esta época de crisis sanitaria y económica, es la forma más económica que podemos encontrar, ahorrándonos el dinero de los combustibles, del billete del transporte público o del mantenimiento del coche o motocicleta. Por todo ello, y teniendo en cuenta que lo principal es la seguridad y que no corran ningún tipo de peligro nuestros niños, el ir en bici o caminando es la mejor opción que podemos encontrar para tener unos niños hoy y unos adultos mañana saludables.

Referencias:

  1. Guthold R, Stevens GA, Riley LM, Bull FC. Global trends in insufficient physical activity among adolescents: a pooled analysis of 298 population-based surveys with 1·6 million participants. Lancet Child Adolesc Health. 2020;4(1):23-35.
  2. Larouche R, Saunders TJ, Faulkner G, Colley R, Tremblay M. Associations between active school transport and physical activity, body composition, and cardiovascular fitness: a systematic review of 68 studies. J Phys Act Health. 2014;11(1):206-27.
  3. Ramírez-Vélez R, García-Hermoso A, Agostinis-Sobrinho C, Mota J, Santos R, Correa-Bautista JE, Amaya-Tambo DC, Villa-González E. Cycling to School and Body Composition, Physical Fitness, and Metabolic Syndrome in Children and Adolescents. J Pediatr. 2017;188:57-63.
  4. Gu J, Chen ST. Association between Active Travel to School and Depressive Symptoms among Early Adolescents. Children (Basel). 2020;7(5):41.
  5. Chillón P, Hales D, Vaughn A, Gizlice Z, Ni A, Ward DS. A cross-sectional study of demographic, environmental and parental barriers to active school travel among children in the United States. Int J Behav Nutr Phys Act. 2014;11:61.

 

AUTOR

Javier S. Morales
Investigador en oncología pediátrica y ejercicio. Co-director de Fissac
www.fissac.com

 

 

 

 

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