Los requerimientos nutricionales de los deportistas son mayores que los de la población general. Por ello, aunque primero se debe tratar de cumplir esas necesidades mediante comida real, los suplementos y complementos nutricionales juegan a menudo un rol fundamental, habiéndose disparado su consumo en los últimos años.

Ante tal demanda, actualmente existe una innumerable cantidad de marcas de suplementación deportiva. Sin embargo, el crecimiento descontrolado de este mercado ha conducido también a un mayor riesgo de negligencia. Son muy conocidos y cada vez más numerosos los casos de deportistas con resultados adversos en controles anti-doping que aseguran no haber consumido ninguna sustancia dopante, al menos de forma intencionada. Por ejemplo, Jessica Hardy (nadadora estadounidense) no pudo ir a los Juegos Olímpicos por haber dado positivo en Clembuterol, una sustancia prohibida por la Agencia Mundial Antidopaje. Jessica aseguró no haberse dopado de forma intencionada, y posteriores análisis parecen confirmar su coartada: se encontró un inesperado contenido en Clembuterol en uno de sus suplementos nutricionales. Casos como éste ponen de manifiesto la importancia de un adecuado control de los suplementos deportivos, ya que no solo pueden afectar de forma legal al deportista sino también a su salud.

Confirmando el alto riesgo de dopaje inintencionado que existe actualmente, una reciente investigación [1] llevada a cabo en la Universidad de Alicante y publicada en la prestigiosa revista Nutrients estudió la presencia de sustancias prohibidas no etiquetadas en los complementos alimenticios más utilizados en el deporte. Tras analizar un total de 23 estudios que incluían complementos como proteínas en polvo, creatina, multivitamínicos o bebidas energéticas se determinó un alarmante ratio de contaminación del 12-58%. Atendiendo a estos resultados, es habitual encontrar pequeñas cantidades de estimulantes (ej. efedrina) o sustancias anabólicas (ej. testosterona, androsterona o nandrolona) prohibidas por la Agencia Mundial Antidopaje y con un alto riesgo para la salud, ya sea por un deficiente control de calidad (ej. contaminación durante la fabricación o procesamiento) o incluso por adulteración intencional.

En muchos casos es la propia empresa la que analiza los suplementos y proclama -como no- la ausencia de sustancias prohibidas. De hecho, éste era el caso en el suplemento consumido por la nadadora Jessica Hardy. Sin embargo, es necesario tener en cuenta el riesgo al que nos exponemos al consumir un suplemento nutricional que no haya sido analizado por un organismo independiente. Los deportistas y el cuerpo técnico deben tener precaución y tomar conciencia de la importancia de una adecuada certificación de todos los productos consumidos. Para ello, existen aplicaciones móviles como NoDopApp, desarrollada por la Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte (AEPSAD) y que permite consultar de manera fácil y rápida si una sustancia está incluida en la “Lista de Sustancias y Métodos prohibidos en el Deporte”. Además, a la hora de elegir qué suplementos o complementos alimenticios tomar, es recomendable que hayan sido certificados por una empresa independiente y no por la propia empresa. Tal es el caso de los suplementos con el certificado de Informed Sport, un programa de evaluación de complementos alimenticios que certifica la ausencia de contaminaciones por sustancias prohibidas en el deporte, garantizando la seguridad de que el complemento consumido por el deportista forma parte de un lote analizado y certificado como “libre de sustancias dopantes”.

Referencias

  1. Martínez-Sanz JM, Sospedra I, Ortiz CM, Baladía E, Gil-Izquierdo A, Ortiz-Moncada R. Intended or unintended doping? A review of the presence of doping substances in dietary supplements used in sports. Nutrients. 2017;9:1–22.

AUTOR

Pedro Valenzuela
Investigador en Unidad de Fisiología de la Universidad de Alcalá y en Unidad de Control de Rendimiento en el Centro de Medicina del Deporte (AEPSAD, CAR de Madrid).
Web: www.fissac.com

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