Resumen
La lactoferrina, que se encuentra en la leche humana y de mamíferos, es una glucoproteína multifuncional con muchas funciones, tales como la regulación inmunológica, antiinflamatoria, antibacteriana, antiviral y antioxidante. Estas funciones se atribuyen en gran medida a su alta afinidad por el hierro. Pertenece a la familia de proteínas transferrina y es la principal proteína fijadora de hierro en la leche humana. Además, no tiene toxicidad y es compatible con la ingesta de otros nutrientes, incluidos los suplementos dietéticos.
La presente revisión resume los aspectos más relevantes de los mecanismos de acción, función biológica y metabolismo de la lactoferrina. Describe las diferentes fuentes dietéticas de lactoferrina (incluidos los suplementos dietéticos) y proporciona recomendaciones sobre la ingesta de lactoferrina para la salud y optimizar el rendimiento físico en individuos físicamente activos, incluidos atletas de resistencia, fuerza y potencia.
La evidencia disponible indica que la suplementación oral con lactoferrina puede tener un impacto beneficioso para la salud y el rendimiento físico, particularmente en individuos físicamente activos que realizan entrenamiento de resistencia. La lactoferrina es un suplemento seguro y bien tolerado. Evita las molestias gástricas asociadas con la suplementación oral de hierro. Una dosis eficaz para apoyar la salud y la capacidad de rendimiento físico en individuos sanos varía entre 100 y 200 mg diarios, tomados una o dos dosis diarias de 100 mg cada una, por un período de 1 a 3 meses.
Introducción
La lactoferrina (anteriormente conocida como lactotransferrina) es una glucoproteína con un peso molecular de aproximadamente 80 kDa, que muestra una alta afinidad por el hierro.1 Pertenece a la familia de proteínas transferrina y es la principal proteína fijadora de hierro en la leche humana.2 La lactoferrina es producida y liberada por las células epiteliales mucosas y los neutrófilos en varias especies de mamíferos, incluidos humanos, bovinos, vacas, cabras, caballos, perros, varios roedores y peces.2
Además de la leche y el calostro de bovino, donde la lactoferrina, esta en una concentración de 7 g/L, siendo la segunda proteína más abundante después de las caseínas, la lactoferrina se encuentra en lágrimas, saliva, fluidos vaginales, semen, secreciones nasales y bronquiales, bilis, fluidos gastrointestinales y orina. Además, se encuentra una cantidad considerable en los gránulos secundarios de los neutrófilos (15 g/10⁶ neutrófilos) y en otros fluidos como el plasma sanguíneo y el líquido amniótico.2
Muchos estudios han demostrado que la lactoferrina es bien tolerada en humanos.2 de hecho la ingesta de lactoferrina oral ha sido aprobada por la FDA (EE. UU.) y la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria como un suplemento dietético en productos alimenticios. 3 Sin embargo, como la lactoferrina ingerida vía oral es susceptible a la digestión péptica en el estómago, no puede acceder fácilmente al tracto digestivo. Para superar este problema y mejorar el efecto nutricional y, cuando sea aplicable, terapéutico de la lactoferrina, se ha demostrado que el uso de micropartículas o liposomas mejora su acción al aumentar la estabilidad frente a la degradación gástrica y facilitar la interacción con la membrana intestinal y con los receptores específicos de lactoferrina.4 Como tal, la suplementación oral con lactoferrina ha despertado interés debido a sus funciones fisiológicas y protectoras multifacéticas, incluyendo la regulación de la absorción de hierro en el intestino; la modulación de la función inmune, efectos antioxidantes, antiinflamatorios, antimicrobianos y anticancerígenos.2 Estas propiedades sugieren que la suplementación con lactoferrina oral impactaría positivamente la salud optimizando en el rendimiento físico y la recuperación en personas físicamente activas.3
Mecanismos Clave de la Lactoferrina en el Organismo Humano
Cada molécula de lactoferrina puede unir dos iones férricos (Fe³⁺), uno en cada uno de sus dos lóbulos, con una afinidad extremadamente alta. De hecho, la lactoferrina retiene el hierro unido incluso a pH ácido (tan bajo como 3–4), lo que le permite regular los niveles de hierro libre al secuestrar hierro libre en fluidos biológicos y tejidos inflamados.5 Estas propiedades otorgan a la lactoferrina potentes funciones bacteriostáticas y antioxidantes: priva a los microbios del hierro que necesitan para desarrollarse y protege los tejidos de sufrir daño oxidativo catalizado por el hierro.5 De hecho, muchas de las actividades biológicas de la lactoferrina (antimicrobianas, antiinflamatorias, etc.) están estrechamente relacionadas con su capacidad para unir fuertemente y controlar la disponibilidad de hierro. Así, la lactoferrina reduce la hepcidina (una hormona que restringe la liberación de hierro), siendo capaz de prevenir la anemia por deficiencia de hierro.6 Además, la lactoferrina extraída de bovinos y administrada por vía oral aumentó significativamente su actividad probiótica tanto en adultos como en lactantes, incluidos los nacidos prematuramente.2 La lactoferrina también presenta una potente actividad antiviral contra el citomegalovirus (CMV), el virus del herpes simple (VHS), el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), el virus de la hepatitis C (VHC) y el virus de la hepatitis B (VHB). La actividad antiparasitaria de la lactoferrina oral parece involucrar la interferencia con la adquisición de hierro en algunos parásitos, por ejemplo, Pneumocystis carinii, o actuar como un donador específico de hierro en otros, como Tritrichomonas foetus.2
La lactoferrina contribuye a la absorción y distribución del hierro en varios compartimentos del organismo humano, incluido el intestino delgado. Receptores específicos de lactoferrina median la captación del hierro en los enterocitos, el cual es absorbido sin provocar el estrés prooxidante asociado con el hierro libre en el intestino.7 De hecho, la adición de lactoferrina de bovino a la dieta puede mejorar la absorción de hierro y el estatus férrico en lactantes y mujeres embarazadas.8
La lactoferrina ingresa al torrente sanguíneo y es capaz de alcanzar la bilis y el líquido cefalorraquídeo. Puede atravesar la barrera hematoencefálica mediante un transporte mediado por receptores específicos, entregando hierro al cerebro de manera regulada.9 La lactoferrina ayuda a mantener el equilibrio sistémico del hierro, actuando como un transportador de hierro que complementa la función de la transferrina (el principal transportador de hierro en el plasma). La lactoferrina puede captar hierro en un sitio y, mediante receptores específicos, depositarlo en otro, ayudando así a distribuir el hierro hacia donde se necesita a la vez que lo mantiene alejado de los patógenos o de reacciones catalíticas. Así la lactoferrina proporciona una capa adicional de control sobre la homeostasis del hierro en las superficies mucosas y dentro de ciertos tejidos.10
La lactoferrina es un mediador clave de la inmunidad nutricional, con potentes efectos nutracéuticos, inmunomoduladores y antiinflamatorios.2 Dado que casi todos los patógenos requieren hierro para replicarse, la alta afinidad de la lactoferrina por el hierro constituye un poderoso mecanismo antimicrobiano para secuestrar el hierro libre en las secreciones y los tejidos inflamados, privando eficazmente a las bacterias y los hongos de este elemento esencial.11 Cabe destacar que en deportistas se ha demostrado que la suplementación con lactoferrina reduce las citoquinas proinflamatorias como la interleukina-6 (IL-6), indicando una disminución de la inflamación sistémica que se asocia con una mejor recuperación entre entrenamientos.12 Además, la lactoferrina también puede actuar como prebiótico y apoyar la integridad intestinal. Los péptidos liberados de la digestión de la lactoferrina promueven el crecimiento de bacterias intestinales beneficiosas (p. ej., Bifidobacteria y Lactobacilli). Una microbiota intestinal saludable y una barrera intestinal intacta son vitales para la absorción de nutrientes, reduciendo las molestias gastrointestinales inducidas por el ejercicio, beneficiando indirectamente el rendimiento al asegurar una absorción eficaz de los nutrientes en los deportistas.13
La evidencia disponible sugiere que la lactoferrina es un agente inmunomodulador que equilibra una actividad antimicrobiana eficaz con el control de la inflamación. Al privar a los microbios del hierro, limitar el daño oxidativo y optimiza las respuestas de las citoquinas. La lactoferrina sirve como un vínculo crítico entre el metabolismo del hierro y la función inmunitaria en los seres humanos.11 Además, la lactoferrina podría optimizar el rendimiento (especialmente en deportistas de resistencia) y la recuperación, al atenuar la deficiencia de hierro relacionada con el ejercicio, la inflamación, el estrés oxidativo y las infecciones.12
Fuentes dietéticas de lactoferrina
La leche bovina y los productos derivados del calostro son las principales fuentes dietéticas naturales de lactoferrina. En el calostro (la primera leche tras el parto), las concentraciones de lactoferrina son muy altas (varios gramos por litro) y se mantienen alrededor de 1–2 g/L en la leche materna.14 La lactoferrina es un componente de la fracción proteica del suero lácteo en toda la leche de los mamíferos, pero su contenido de lactoferrina es menor en comparación con la leche humana.14 Por ejemplo, la leche de vaca aporta alrededor de 0,1–0,3 g/L de lactoferrina en la leche madura estándar, aunque el calostro bovino puede tener niveles más altos (~2–5 g/L) antes de disminuir tras los primeros días de lactancia.15 Los productos lácteos fermentados (yogur, queso) aún pueden contener algo de lactoferrina, pero los tratamientos térmicos de alta temperatura utilizados en el procesamiento de lácteos (por ejemplo, la pasteurización a alta temperatura o la producción de leche en polvo) pueden desnaturalizar parte de la lactoferrina.
Suplementación con lactoferrina
La gran mayoría de los suplementos de lactoferrina se obtienen de la leche de bovino. La lactoferrina puede extraerse mediante técnicas de filtración y cromatografía de intercambio iónico a partir de leche descremada de vaca o suero derivado de la fabricación de los quesos a gran escala.16 La lactoferrina capturada se eluye (por ejemplo, usando soluciones salinas), seguidamente la proteína se purifica, concentra y seca hasta obtener un polvo de alta pureza (>95 % de proteína pura) derivado de lactoferrina de bovino.16 Además de la extracción a partir de la leche de bovino, los productos de calostro (en polvo o en cápsulas) representan otra fuente comercial de lactoferrina.17 La lactoferrina purificada para uso farmacéutico/nutracéutico se obtiene predominantemente de la leche de vaca convencional debido a los grandes volúmenes disponibles y los métodos de procesamiento establecidos. Otra forma de lactoferrina es la recombinante, que se obtiene a partir del gen de la lactoferrina insertado en un sistema de expresión como son los microbios, cultivos celulares o animales transgénicos. Así la lactoferrina se sintetiza en un entorno controlado. Esto permite la producción de lactoferrina humana, producida particularmente con fines terapéuticos, sin necesidad de extracciones a partir de la leche materna. Los estudios han confirmado que la lactoferrina recombinante proveniente de leche de vaca transgénica exhibe actividades biológicas comparables a las de la lactoferrina humana natural.18
Cabe la pena mencionar que la lactoferrina de bovino es segura (como se mencionó anteriormente, la EFSA la aprobó como nuevo ingrediente alimentario en Europa en 2012), mientras que la lactoferrina recombinante (especialmente si se produce mediante métodos novedosos como plantas o animales transgénicos) está sujeta a rigurosas evaluaciones de seguridad antes de su aprobación.
Suplementación con lactoferrina y rendimiento físico: protocolos recomendados, seguridad y tolerancia.
Debido a su capacidad de unión con el hierro y su rol como inmunomodulador, se ha propuesto a la lactoferrina como un suplemento nutricional eficaz para personas físicamente activas, especialmente para optimizar el rendimiento en deportes de resistencia.3,19 Dado que la lactoferrina no actúa como la cafeína, la ingesta aguda de una o pocas dosis de lactoferrina no genera efectos inmediatos sobre los marcadores de salud ni en el rendimiento físico. Sus mecanismos (modulación del hierro y efectos inmunológicos) generalmente requieren tiempo para influir el estado inmunitario y el rendimiento.20 Por el contrario, la suplementación crónica por 8 a 12 semanas ha demostrado beneficios sobre las reservas de hierro (mayores niveles de hemoglobina y ferritina), reducir la inflamación [por ejemplo, menores niveles de interleuquina 6 (IL-6) y actividad de hepcidina] y aumentar la capacidad antioxidante.20 Estos cambios pueden prevenir disminuciones en el rendimiento asociadas con la deficiencia de hierro y el estrés físico excesivo.21
En personas sanas que entrenan para mejorar la resistencia aeróbica, se ha demostrado que una dosis de ~100 mg (tomada una vez al día, por ejemplo, en el desayuno o después del entrenamiento) la ingesta de lactoferrina previene la reducción del hierro sérico. También, la ingesta de 200 mg (tomados en dos dosis diarias de 100 mg, una por la mañana y otra después del entrenamiento) es eficaz para quienes tienen niveles bajos de ferritina o hemoglobina. Dos a tres meses de suplementación, mejoraría los niveles del hierro pudiendo ayudar a mantener o aumentar el VO₂ máx en deportistas de resistencia,22 ya sea cuando la lactoferrina se consume sola o combinada con dosis bajas de hierro (lactoferrina amplificaría los efectos positivos de la ingesta de hierro oral). 21
En deportistas de fuerza y potencia dosis similares (por ejemplo, 200 mg/día) son aplicadas para para apoyar la recuperación y reducir la inflamación inducida por la acumulación de entrenamientos intensos.22 Dosis más altas (hasta 400 mg/día, divididas en dos tomas de 200 mg cada una) se han probado en poblaciones especiales (pacientes) sin problemas de seguridad, aunque a menos que busquen beneficios adicionales para el sistema inmunológico o antioxidante, dosis superiores a los 200 mg hasta 400 mg/día no suelen ser necesarias para la mayoría de los deportistas que muestren niveles aceptables de hierro y hemoglobina.20
Una estrategia práctica para ingerir lactoferrina como suplemento dietético, seria comenzar con ~100 mg/día e incrementar hasta 200 mg/día si se desea un mayor efecto. Probablemente exista un “efecto techo”; sin embargo, dosis ultra-altas (por ejemplo, 1 gramo/día) no están recomendadas fuera de un entorno médico específico. De hecho, la mayoría de los suplementos comerciales proporcionan entre 100–300 mg por cápsula.
En resumen, la lactoferrina es un suplemento seguro y bien tolerado. Evita las molestias gástricas asociadas con la ingesta oral de comprimidos tradicionales de hierro y no presenta efectos estimulantes ni hormonales. Puede consumirse en niveles elevados sin riesgos conocidos para la salud. Por tanto, gracias a su alta tolerabilidad, la lactoferrina no suele requerir ciclos o descansos por razones de seguridad. Algunos deportistas periodizan el uso de lactoferrina, aumentando la dosis durante entrenamientos intensos o fases de entrenamiento en altitud (cuando aumentan las necesidades de hierro y el riesgo de infecciones), y posiblemente suspendiéndola durante la temporada baja si la dieta proporciona suficiente hierro. Dado que la lactoferrina deriva de alimentos y es segura, su uso diario prolongado es aceptable si se perciben beneficios.
Conclusiones
La suplementación oral con lactoferrina puede tener un impacto notable en la salud y el rendimiento físico. Tiene un perfil de seguridad superior al de los suplementos tradicionales de hierro, con prácticamente ninguna molestia gástrica. Una dosis efectiva para personas sanas varía entre 100 y 200 mg al día, en una toma diaria o dividida en dos dosis de 100 mg/día, durante 1 a 3 meses. La lactoferrina actúa como un nutriente de apoyo multifuncional, respaldando el sistema inmune y la capacidad antioxidante, lo que a su vez optimiza la recuperación, impactando positivamente en la capacidad de entrenamiento físico impactando positivamente en la mejora del rendimiento a largo plazo.
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Lactoferrin 200
Autor
Dr. Fernando Naclerio
Catedrático en Entrenamiento de Fuerza y Nutrición Deportiva
Centre for Exercise Activity and Rehabilitation
Institute for Lifecourse Development
School of Human Sciences
University of Greenwich
Contact email: f.j.naclerio@gre.ac.uk
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