La cafeína es una de las ayudas ergogénicas más reconocida y utilizada en todo el mundo gracias a sus efectos en la mejora del rendimiento en varias modalidades deportivas, encontrándose numerosos metaanálisis que indican una mejora en disciplinas de resistencia, resistencia muscular, fuerza, potencia etc…

En mayoría de ocasiones, dosis de 3-6 mg/kg de cafeína ejercen sus beneficios en el rendimiento a través de varios mecanismos. Uno de ellos como antagonista del receptor de adenosina (Figura 1), mejorando la activación muscular, reduciendo la sensación de fatiga y dolor. Es sabido que todos estos beneficios junto a sus principales efectos secundarios son dependientes de diversos polimorfismos a nivel genético que intervienen en la metabolización y en su acción a nivel de receptores de adenosina (CYP1A2, AHR y ADORA2A). Además de otras variables como puede ser la habituación al consumo de esta sustancia, forma de ingesta (chicle, bebida, capsula…), dosis, sexo, ciclo menstrual, estado nutricional y entrenamiento, timing (momento de ingesta) y otros factores a nivel epigenético.

FIG. 1 Efecto a nivel cerebral de la cafeína (adaptado de examine.com)

Un potencial mecanismo que actualmente se encuentra poco explorado es si el sabor amargo de la cafeína media en algunos de sus efectos ergogénicos, ya que investigaciones anteriores han demostrado que los sabores amargos (como el de la quinina) tienen la capacidad de mejorar el rendimiento y este hecho se encuentra mediado por receptores del sabor amargo en la boca y parte superior del tracto gastrointestinal, aunque esto puede no ocurrir a la misma vez.

De esta forma, algunos autores remarcan la posibilidad de una mejora del rendimiento al igual que se produce en otras estrategias similares como el uso de mentol o el enjuague con carbohidratos donde parece ser que el sabor dulce, estimula regiones a nivel cerebral a través de receptores de la cavidad oral.

Algunas de las consideraciones de todo esto es que la ingesta de cafeína en forma liquida (para que tenga el mismo amargor que la quinina) es complicada de ingerir debido a su poca palatabilidad. Por otra parte, las bebidas para deportistas con cafeína o el café no tienen el suficiente amargor para provocar dichas respuestas a nivel ergogénico.

Además, de que se debe ingerir y no basta tan solo con enjuagar la boca, ya que existen receptores a nivel del tracto digestivo que quizás sean mas importantes incluso que los de la boca. Con todo esto, nos encontramos bastantes controversias en la poca bibliografía existente, descartando la mejora del rendimiento de forma directa con tan solo enjuagues con soluciones de cafeína a pesar de que existan receptores de adenosina en la boca y esta sustancia se pueda absorber a través de la membrana bucal.

Sin embargo, la explicación de todo esto, podría ser el tiempo limitado (10 seg) que la cafeína se encuentra en la cavidad oral Vs a nivel intestinal (45 min) por lo que no daría tiempo a aumentar la concentración de caféina en plasma tan solo utilizando enjuagues.

Por otra parte, otros ensayos dedicados a evaluar el tiempo de reacción, tareas a nivel cognitivo y su función durante el desempeño de la actividad si que han concluido con efectos beneficiosos.

Otro punto para añadir sería el conocimiento de la variación interindividual sobre la capacidad de detectar los sabores amargos, que se traduce en que el principal potencial ergogénico por una dosis estandarizada de cafeína se debe a diferencias en la respuesta del sabor (existiendo personas genéticamente predispuestas “TAS2R GENE” con mayor cantidad de receptores y mayor sensibilidad al sabor amargo). Finalmente, parece ser que algunos de los efectos de mejora del rendimiento de la cafeína podrían ser impulsados ​​por mera expectativa o placebo (ya que, si a un deportista le das algo amargo y relaciona el sabor con la cafeína, sabiendo que la cafeína mejora el rendimiento, lo mejorara sin saber que le has dado algo que no lleva dicha sustancia).

Para concluir, según los autores sobre dicha hipótesis y junto con otros problemas no resueltos con respecto al uso de cafeína en el deporte, sugieren que resulta tentador creer que sabemos todo sobre la cafeína como potenciador del rendimiento, existiendo aún un largo camino por recorrer. Tan solo descubriendo algunas de las complejidades que rodean el uso de esta sustancia, tenemos el potencial de mejorar aún más el rendimiento de nuestros deportistas durante los próximos años.

 BIBLIOGRAFÍA

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  • Pickering C, Grgic J. Caffeine and Exercise : What Next ? Sport Med [Internet]. 2019;49(7):1007–30.
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AUTOR

Marcos Rueda Córdoba

  • Graduado en Nutrición humana y Dietética (UGR) y Máster Oficial en nutrición en la actividad física y deporte (UCAM). Antropometrista ISAK I, Creador de contenido y cursos especializados en nutrición deportiva a través de plataformas online y presencial. Docente en Grupo San Valero (Universidad San Jorge, Zaragoza)
  • Consulta de Nutrición presencial en Granada y online

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