La microbiota intestinal ha ganado una gran popularidad en los últimos años, hasta el punto de que algunos lo han clasificado como un nuevo “órgano”. El término microbiota intestinal se refiere al conjunto de bacterias y otros organismos que habitan en nuestro intestino, modulando así el metabolismo de todos los nutrientes y de nuestro cuerpo en general. Estudios recientes muestran que el incorrecto funcionamiento de estas bacterias o las alteraciones en la composición de la microbiota intestinal (situación conocida como ‘disbiosis intestinal’ y que puede ocurrir por numerosos factores como una mala o poco variada alimentación rica en alimentos ultra–procesados, o por el abuso de antibióticos) juegan un papel fundamental en la salud, siendo el origen de múltiples patologías metabólicas e inflamatorias. 

Además de su relevancia para la salud, evidencia reciente muestra que la microbiota intestinal podría tener también un papel importante en el rendimiento deportivo. En el 2019 se publicó un estudio en la prestigiosa revista Nature Medicine que abría las puertas a este nuevo campo de investigación.1  En dicho estudio los investigadores observaron mediante el análisis de las heces (método no invasivo mediante el cual se analiza la microbiota) de participantes del maratón de Boston que, una vez finalizada la competición, los corredores presentaban una mayor cantidad de bacterias intestinales caracterizadas por metabolizar grandes cantidades de lactato (Veillonella). Estos resultados sugieren que el ejercicio puede modular la microbiota intestinal, pero los investigadores no se quedaron ahí. Tratando de ir más allá, en un experimento realizado en ratones inocularon la bacteria Veillonella que habían obtenido de los corredores a los animales, y compararon los efectos con los producidos tras inocular otro tipo de bacteria que no metaboliza el lactato (Lactobacillus bulgaricus gavage). Sorprendentemente, los ratones a los que les habían inoculado la bacteria de los corredores mejoraron su rendimiento físico, siendo capaces de correr durante un mayor tiempo (mejora del 13%) hasta la fatiga. 

Más recientemente, otro estudio publicado en el Journal of Physiology mostró que la microbiota no solo afecta al rendimiento deportivo, sino también a las adaptaciones que se producen con el entrenamiento.3 En dicho estudio, los investigadores sometieron a un grupo de ratones a un programa de entrenamiento destinado a aumentar su masa muscular, siendo algunos de estos ratones tratados con antibiótico con el fin de “alterar” su microbiota intestinal. Tras finalizar el programa de entrenamiento, los investigadores observaron que, efectivamente, el tratamiento con antibióticos había alterado el funcionamiento y la composición de la microbiota intestinal, reduciendo la diversidad de las bacterias presentes. Además, el hallazgo más relevante fue que, pese a que tanto el grupo que tomó antibiótico como el que no lo tomó realizaron el mismo entrenamiento, los ratones tratados con antibiótico presentaron menores adaptaciones musculares (menor ganancia de masa muscular y menor abundancia de células satélite, es decir, menor capacidad para la regeneración muscular). 

Por lo tanto, estos resultados – preliminares al ser realizados en animales – muestran que la alteración de la microbiota puede afectar negativamente no solo a la salud, sino también al rendimiento, e incluso reducir las adaptaciones musculares producidas con el entrenamiento. Estos hallazgos abren así la puerta a nuevas intervenciones que busquen mejorar la diversidad de la microbiota intestinal (incluyendo el transplante de microbiota entre personas, algo que ya está siendo estudiado en algunas patologías). Por ejemplo, se ha observado que las personas más activas presentan en general una composición de la microbiota más saludable y diversa.2 Por otro lado, seguir una alimentación variada rica en fibra (ej. frutas y verduras) y alimentos probióticos podría favorecer también la diversidad de la microbiota. Por el contrario, factores como el estrés psicológico, la toma abusiva de antibióticos, o las dietas ricas en alimentos ultra-procesados podrían tener el efecto contrario. Si quieres mejorar tu rendimiento, no te olvides de cuidar todos los órganos, incluida tu microbiota.

 

AUTOR

Pedro Valenzuela
Investigador en Unidad de Fisiología de la Universidad de Alcalá y en Unidad de Control de Rendimiento en el Centro de Medicina del Deporte (AEPSAD, CAR de Madrid).
Web: www.fissac.com

 

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Referencias

  1. Scheiman J, Luber JM, Chavkin TA, et al. Meta-omics analysis of elite athletes identifies a performance-enhancing microbe that functions via lactate metabolism. Nat Med. 2019;25(7):1104-1109. doi:10.1038/s41591-019-0485-4
  2. Ortiz-Alvarez L, Xu H, Martinez-Tellez B. Influence of Exercise on the Human Gut Microbiota of Healthy Adults: A Systematic Review. Clin Transl Gastroenterol. 2020;11(2):e00126. doi:10.14309/ctg.0000000000000126
  3. Valentino TR, Vechetti IJ, Mobley CB, et al. Dysbiosis of the gut microbiome impairs mouse skeletal muscle adaptation to exercise. J Physiol. 2021;21:4845-4863. doi:10.1113/JP281788

 

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