El tapering es uno de los elementos clave en la preparación física de los deportistas las
semanas previas a una competición. La transición entre la fase de carga y el periodo
competitivo es un verdadero quebradero de cabeza para atletas y entrenadores. ¿Se
debe mantener la intensidad de entrenamiento? ¿Bajar el volumen? ¿Aumentar el
número de sesiones?
Cada disciplina y deportista requieren de una periodización personalizada, ya que no
hay una única fórmula para afrontar una competición, pero con el fin de aportar luz y
sentar unas directrices basadas en la evidencia científica, Mujika y colaboradores
propusieron un modelo de tapering en deportes de resistencia. Las adaptaciones
fisiológicas y por ende el rendimiento pueden optimizarse mediante una disminución
del volumen del 40 al 60% y manteniendo la intensidad y frecuencia de
entrenamiento.
Además, se debe prestar especial atención a las pautas de hidratación y nutrición, las
cuales ayudan a maximizar los efectos positivos asociados al periodo de tapering. Una
buena estrategia puede asociarse a mejoras del rendimiento de alrededor del 3%.
Por ello, una correcta planificación del entrenamiento, teniendo siempre en cuenta las
particularidades del deportista y de la propia disciplina, puede ayudar a mejorar el
rendimiento el día de la competición, día para el que muchas veces se ha trabajado
durante todo un año.

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